En muchas ocasiones, las empresas buscan reducir los costes contratando instalaciones eléctricas más económicas. Sin embargo, lo que no siempre se tiene en cuenta es que una mala instalación eléctrica puede generar costes ocultos mucho mayores que la inversión inicial. Cuando no se diseña ni ejecuta correctamente, las instalaciones defectuosas provocan una serie de problemas que incrementan significativamente los gastos operativos y de mantenimiento. En Montega, hemos sido testigos de los efectos negativos de trabajos mal ejecutados. A continuación, te mostramos los principales costes ocultos que una mala instalación eléctrica puede provocar en tu planta industrial.

1. Fallos recurrentes y paradas de producción

Una instalación eléctrica sobredimensionada, con protecciones mal seleccionadas o cableado deficiente puede generar una serie de problemas que afectan la producción de manera directa, tales como:

• Disparos frecuentes de térmicos o diferenciales.
• Sobrecalentamientos y caídas de tensión.
• Paradas de equipos sin causa aparente.

Cada minuto que una máquina está parada es dinero perdido. Las paradas de producción recurrentes por fallos eléctricos no solo afectan la eficiencia, sino que también impactan en los plazos de entrega y la rentabilidad. Prevenir estos fallos marcará la diferencia.

2. Mayor consumo energético

Otro de los costes ocultos derivados de una mala instalación eléctrica es el aumento en el consumo energético. Los conductores mal calculados, las malas conexiones y las pérdidas por calentamiento provocan que, aunque tu producción siga siendo la misma, la factura eléctrica se incremente de forma significativa. Este consumo adicional puede no ser tan evidente a simple vista, pero con el tiempo resulta en un gasto innecesario.

3. Mayor desgaste de equipos

Los picos de tensión, armónicos y cortes repentinos provocan un mayor desgaste en los equipos, lo que se traduce en costes ocultos. Algunos de los componentes más afectados incluyen:

• Variadores de frecuencia.
• PLCs y sistemas de control.
• Motores y bombas.
• Equipos electrónicos sensibles.

El cambio prematuro de equipos, como variadores o motores, implica un coste considerablemente mayor que si se hubiera prevenido su desgaste desde el principio mediante una instalación eléctrica adecuada. Los costes ocultos de no cuidar los equipos pueden superar con creces el coste inicial de la instalación.

4. Riesgos de seguridad eléctrica

Una instalación eléctrica deficiente no solo representa un riesgo económico, sino también un riesgo para la seguridad. Algunos de los problemas más graves derivados de una mala instalación incluyen:

• Cortocircuitos.
• Incendios eléctricos.
• Descargas a operarios o técnicos.

Además de los riesgos humanos, este tipo de fallos puede resultar en multas y sanciones por incumplimiento de normativas de seguridad. La falta de inversión en una instalación eléctrica de calidad puede acarrear consecuencias legales que afecten la reputación y las finanzas de la empresa.

5. Más costes de mantenimiento correctivo

Una instalación eléctrica mal hecha genera más incidencias que requieren reparación. Los costes ocultos asociados al mantenimiento correctivo son significativos, ya que tendrás que llamar a técnicos constantemente para arreglos menores, emergencias o reemplazos. El tiempo, dinero y estrés que genera esta situación es otra de las consecuencias de no optar por una instalación de calidad desde el principio.

Incompatibilidad con futuras expansiones o automatización

Un problema frecuente de las instalaciones mal diseñadas es la incompatibilidad con futuras expansiones. Cuando necesites agregar nuevas líneas de producción, automatizar procesos o aumentar la carga, te encontrarás con que el sistema eléctrico no lo soporta. En este caso, tendrás que rehacer casi todo desde cero, lo que representa una pérdida de tiempo y dinero.

Conclusión

Una instalación eléctrica adecuada pasa desapercibida cuando todo funciona correctamente, pero se convierte en una pesadilla cuando es defectuosa. Los costes ocultos que genera una mala instalación son mucho mayores que la inversión inicial en un diseño y ejecución adecuados. Elegir un proveedor profesional y certificado no solo garantiza un ahorro a largo plazo, sino también seguridad, fiabilidad y tranquilidad en tu planta industrial.